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Danza de las Tijeras: Danza mística
Publicado el 17, Septiembre 2022 por Naim Rivero

Considerada una de las expresiones artísticas de mayor exigencia física y dueña de un aura mística singular, la Danza de Tijeras es un baile ancestral andino. En 1995 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación y en 2010 fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

 La Danza de Tijeras es un baile ritual cuyo origen se remonta a la civilización chanka, que rivalizó con los incas en el siglo XV y se extendió por la cordillera andina central del Perú, en las actuales regiones Huancavelica, Ayacucho y Apurímac. Esta danza forma parte de la identidad de estas regiones.

 En esa época nuestros ancestros practicaban este baile en honor a la Fiesta del agua para rendir tributo a la Pachamama. Con el fin de recibir energía y prosperidad en la comunidad. Hasta que llegaron los españoles y prohibieron el ritual, pues lo catalogaron de estar haciendo un pacto con el diablo.

 En aquel tiempo, muchos bailarines fueron perseguidos por la iglesia católica y castigados. Algunos se escaparon y otros se refugiaron en zonas alto andinas. Con el tiempo, los colonizadores aceptaron que volvieran a danzar, pero ya no debían rendir tributo al sol o al viento, sino a Jesús y a los santos. Es así que se incluyó este baile a las fiestas patronales.

 

La Danza de tijeras es una competencia entre los bailarines, pero también entre los músicos. El enfrentamiento se denomina en Ayacucho atipanakuy, en Huancavelica hapinakuy y en Apurímac tarinakuy. El desafío se presenta en cuadrillas. Cada una está conformada por el danzante, un violinista y el arpista.

 

Los bailarines utilizan dos varillas de hierro de aproximadamente 25 centímetros que, al cruzarlas, forman la figura de una tijera.

Esta expresión artística se caracteriza por sus trajes coloridos, movimientos ágiles y por el sonido que hacen las tijeras en manos de las personas que los practican. El trabajo corporal debe de ir al compás de la secuencia musical.

Los niños que empiezan a practicar la Danza de Tijeras lo hacen a partir de los 5 años. Una tradición en algunos pueblos es que el aprendiz conviva con su maestro hasta que esté listo para competir. Él los cría como un hijo más. El alumno además de entrenar el físico y la mente, debe de aprender a leer las hojas de coca, y saber ofrendar a la Pachamama.

En este baile, que cuenta con 36 pasos distintos, no faltan las acrobacias y las coreografías complejas. Una canción puede durar más de diez minutos. Además, en algunas competencias los participantes se someten a pruebas difíciles como comer vidrios o sapos y jugar con el fuego. Todo como parte del espectáculo.

 Los bailarines de esta increíble danza llevan puestos bordados con franjas doradas, espejos pequeños y lentejuelas. A pesar de que les queda prohibido ingresar a las iglesias por su atuendo, esta danza se ha convertido en un componente preciado de las festividades católicas. Su indumentaria llega a pesar hasta 12 kilogramos. Solo el sombrero, tiene forma de cono invertido y pesa cerca de 6 kilos. La danza de las tijeras es una de las favoritas de muchos, por la dedicación en cada uno de sus pasos y acrobacias, la convierten en una de las mejores danzas típicas que tiene nuestro Perú. ¿Te atreverías a practicarla?