Quien piensa en Cajamarca, Perú, piensa inmediatamente en campos de cultivo extendiéndose al costado del camino, en las laderas de los cerros, en las llanuras de las quebradas.
La ciudad refleja la influencia española en la arquitectura de la Catedral, las iglesias de San Francisco, Belén y la Recoleta; y en sus casas de dos pisos y techo a dos aguas.